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Pero las palabras, como otros objetos sensibles, impiden que el hombre ascienda a Dios mediante la contemplación. Por lo tanto, no debemos usar palabras en nuestras oraciones. La voluntad de Dios es que los seres inferiores sean ayudados por todos los que están por encima de ellos, por lo que debemos orar no sólo a los santos superiores, sino también a los inferiores; de lo contrario, tendríamos que implorar solo la misericordia de Dios.
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Por tanto, así como la mente humana supera a las cosas exteriores, ya sean los miembros corporales o las cosas externas que se emplean para el servicio de Dios, así también la oración supera a los demás actos de religión. Además, parece pertenecer oraciones al justo juez a la religión que uno “ofrece adoración y ritos ceremoniales a la Deidad” [Cicerón, Rhet. Pero la oración no parece venir bajo una necesidad de precepto, sino de la mera voluntad, ya que no es más que una petición de lo que queremos.
Ahora es inútil pedirle a una persona que te dé lo que te invita a tomar. Por tanto, no debemos pedirle a Dios nada concreto en nuestras oraciones. Con la oración el hombre agradecimientos de tesis entrega su mente a Dios, puesto que se la somete con reverencia y, por así decirlo, se la presenta, como se desprende de las palabras de Dionisio antes citadas.
Por lo tanto, no debemos pedirlos a Dios en nuestras oraciones. Dios nos invita a tomar las cosas buenas para que no nos acerquemos a ellas con los pasos del cuerpo, san expedito sino con los deseos piadosos y las oraciones devotas. Las cosas malas no deben buscarse de Dios; y en cuanto a las cosas buenas, Dios mismo nos invita a tomarlas.
Sin embargo, a veces sucede que las oraciones dirigidas a un santo de menor grado son más eficaces, ya sea porque se le implora con mayor devoción, o porque Dios quiere dar a conocer su santidad. Además, si los santos del cielo oran por nosotros, las oraciones de los santos superiores serían más eficaces; y por eso oraciones de sanacion no debemos implorar la ayuda de las oraciones de los santos inferiores, sino solo de las de los santos superiores. El hombre no debe pedir a Dios más que cosas buenas y útiles. Pero a veces las cosas temporales, cuando las tenemos, son dañinas, no solo en un sentido espiritual, sino también en un sentido material.
Dado que la religión es parte de la justicia, reside en la voluntad como en su sujeto. Como se dijo anteriormente, nuestro motivo para orar no es que cambiemos el carácter divino, sino que, con nuestras oraciones, obtengamos lo que Dios ha designado.
Por lo tanto, la oración aparentemente no es un acto de religión. Pero la oración pertenece a la parte intelectiva, como se dijo anteriormente. Por tanto, la oración parece ser oraciones a san cipriano un acto, no de religión, sino del don del entendimiento mediante el cual la mente asciende a Dios. Objeciones por las que parece que la oración no es un acto de religión.
En el proceso de explorar estos temas, es importante abordar las limitaciones del estudio actual. Primero, aunque los datos para el estudio actual se recopilaron en más de un punto en el tiempo, todavía no es posible afirmar de manera concluyente que las creencias de oración basadas en la confianza “causan” una mayor satisfacción con la vida.